viernes, 12 de diciembre de 2008

viernes, 5 de diciembre de 2008

La espada que controla el viento

Ocurre que una espada mitológica no puede perder su encanto una vez que se la encuentra escondida en la vulgar cola de una serpiente, por mucho que fuese un ofidio con 8 colas.No sería un mito perdurable si no hubiese participado en un episodio mágico. Así que es recomendable relatar alguna de las versiones que aplauden la labor salvadora de la espada. Eso sí, para ello pasarían varias generaciones desde el momento del descubrimiento de la misma.
Ya hemos dicho que Amaterasu, la hermana de Susanoo y causante por su enfrentamiento de la expulsión del dios de las tormentas, recibió la espada mágica de manos de su hermano para lograr la reconciliación. Según algunas interpretaciones del mito, los descendientes de Amaterasu acabarían por ser los emperadores de Japón y, como tales, los receptores de la Amenomurakumo no Tsuguri.
Pero varias generaciones depués, la famosa espada llegó a manos del más valeroso guerrero nipón, Yamato Takeru. Y en numerosas ocasiones le sirvió para complementar su valor. Sobre todo en una, origen del nombre de la Kusanagi.
Un señor de la guerra quiso deshacerse de Takeru, cuyos intereses diferían sobremanera de los de aquél. Así que preparó una treta para que muriera y dejara libre el camino. En el transcurso de una expedición de caza, el señor de la guerra aprovechó las flechas ardientes para prender fuego a la hierba del bosque y provocar que Yamato fuera consumido por las llamas. Y Takeru quedó atrapado entre el fuego, y, para evitar su huida, el señor de la guerra mató también al caballo del guerrero. Yamato comprendió que la espada que le habían regalado era su último recurso. Con ella trató de apagar las llamas que emergían con violencia cortando las hierbas. Sin embargo, conforme agitaba la espada descubrió que algo extraño ocurría. La espada era capaz de controlar el viento. Con su movimiento dirigía el viento allá donde la fuerza de su brazo decía... Y valiéndose de la facultad de dirigir al viento, envió la virulencia de las altas llamas contra el traidor y el ejército que comandaba. Todos quedaron rodeados por el fuego. Takeru Yamato rebautizó a la espada. Desde entonces se llamaría Kusanagi, la cortadora de hierba.